
Valparaíso, una ciudad en ruta hacia la innovación
Durante años, Valparaíso ha sido reconocida por su historia, su arquitectura patrimonial y su vida cultural vibrante. Pero hoy, sin dejar de lado esa identidad, la ciudad comienza a recorrer un nuevo camino: el de la transformación hacia un ecosistema de innovación tecnológica, capaz de generar empleos de calidad, atraer inversión, retener talento y enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Esta transición no es espontánea. Responde a una serie de procesos emergentes que se están articulando desde distintos frentes: el sector público, las universidades, las empresas tecnológicas, los emprendedores y organizaciones intermedias. Todos con una misma intención: que la innovación sea un eje estructural del desarrollo regional.
Un salto metodológico: la experiencia MIT
Un paso importante en esta ruta ha sido la incorporación de Valparaíso en una iniciativa internacional que aplica la metodología REAP del MIT (Regional Entrepreneurship Acceleration Program), que busca fortalecer ecosistemas de emprendimiento e innovación mediante un enfoque sistémico.
Este enfoque propone identificar cinco grandes actores que deben colaborar estrechamente: la academia, el sector privado, el gobierno, los emprendedores y los inversionistas. En lugar de trabajar en silos, estos actores deben conectarse bajo una gobernanza común que facilite la toma de decisiones estratégicas, la coordinación de recursos y la implementación de proyectos con alto impacto.
Para Valparaíso, esta metodología abre la posibilidad de pensarse como un territorio de innovación: no solo como una ciudad con talento, sino como una ciudad que lo articula, lo proyecta y lo retiene. El objetivo no es replicar otros modelos de éxito, sino desarrollar un modelo propio, conectado con la realidad regional, sus oportunidades y urgencias.
El rol del Hub: articular, visibilizar, activar
En este proceso, Valparaíso Digital Hub se presenta como una plataforma clave. Su rol no es competir con los actores existentes, sino articularlos, generar sinergias, visibilizar lo que está ocurriendo y canalizar nuevas oportunidades.
Algunas de las funciones que puede asumir el Hub en este camino son:
- Reforzar la red de empresas tecnológicas locales, impulsando espacios de asociatividad que hoy no existen o son débiles.
- Facilitar el diálogo entre el mundo académico y el productivo, promoviendo proyectos colaborativos, prácticas profesionales, formación continua y transferencia tecnológica.
- Conectar con políticas públicas regionales y nacionales, participando en mesas estratégicas, concursos, iniciativas de gobernanza territorial y mecanismos de financiamiento.
- Atraer y retener talento, diseñando programas que respondan a las necesidades reales del mercado, con foco en la reconversión laboral y la empleabilidad digital.
- Fortalecer la identidad digital de Valparaíso, comunicando lo que se está haciendo y mostrando al mundo que esta ciudad no solo preserva el pasado, sino que también diseña el futuro.
Innovar desde la diversidad territorial
Valparaíso no parte desde cero. Tiene ventajas que muchas otras regiones buscarían: una alta concentración de universidades, centros de investigación, instituciones públicas, empresas TIC y una comunidad creativa en constante movimiento. Sin embargo, estas fortalezas no siempre han estado conectadas de forma efectiva.
La clave ahora es pasar del diagnóstico a la acción. Y para eso se requiere visión compartida, compromiso, estructuras de colaboración y, sobre todo, continuidad en el tiempo. Los procesos de transformación no son lineales ni inmediatos, pero pueden acelerarse si se construyen sobre confianza, datos, diálogo y una narrativa potente.
Una invitación a pensar el futuro desde aquí
El camino hacia un Valparaíso innovador ya empezó. Lo vemos en las conversaciones que surgen entre emprendedores y académicos, en los pilotos tecnológicos que se prueban en sectores como el puerto, el turismo o la movilidad, y en las ganas de muchos actores de dejar atrás la fragmentación.
Valparaíso Digital Hub puede ser el corazón de esa articulación, un espacio flexible, colaborativo y visionario, que permita que los esfuerzos individuales se transformen en impactos colectivos.
Porque el futuro no se espera: se diseña, se construye, y se habita. Y Valparaíso, con toda su historia, está listo para ser parte activa del futuro que viene.